Hay dos tipos fundamentales de gusanos capaces de vivir en nuestro intestino: las lombrices (ascaris y oxiuros) y las tenias (menos frecuentes pero más agresivas). Los oxiuros son muy frecuentes en niños y se conoce comúnmente como «tener lombrices». Y de ellos vamos a hablar.
¿Qué son los oxiuros?
Son unos gusanos muy pequeños (4-10 mm), finos y blancos que llamamos enterobius vermiculares. Según la Asociación Española de Pediatría, la infección afecta al 40%-50% de los escolares.
No es una infección grave y su curación es muy fácil y rápida.
¿Cómo se adquiere la infección?
Estos parásitos solo afectan a los humanos (ni los animales ni las golosinas están implicadas en el contagio).
Se transmite al ingerir sus huevos microscópicos que se encuentran en:
- Las manos de las personas que están infectadas (casi siempre en las uñas).
- Todos los objetos que puedan tocar con ellas: sábanas, toallas, vajilla, vasos, juguetes, superficie de pupitres, etc. En estos lugares los huevos pueden sobrevivir hasta dos o tres semanas.
Los dedos contaminados con los huevos acaban en la boca. Éstos llegan hasta el intestino delgado donde salen las larvas. Cuando llegan al intestino grueso, se hacen adultas y adquieren la forma que conocemos.
Las hembras se reproducen y ponen huevos en los márgenes del ano, casi siempre por la noche. Son muy pegajosos y se adhieren a la piel produciendo irritación y picor muy intenso. El niño se rasca y los huevos pasan a las manos y los objetos, diseminándose por todo el hogar. Pueden contaminar objetos, alimentos, agua, piscinas, aulas o zonas de recreo.
¿Cómo sospechamos que nuestro hijo tiene lombrices?
- «Mamá, me pica el culete». El principal síntoma es el picor o prurito anal, sobretodo por la noche. Este hecho suele producir irritabilidad, bruxismo (apretar y rechinar de dientes), sueño intranquilo, despertares frecuentes, pesadillas e incluso sonambulismo.
- Picor en los genitales, que se irritan e inflaman por el rascado.
- En las niñas, irritación vulvar y molestias al orinar.
No producen: falta de apetito, pérdida de peso o falta de ganancia, cansancio, anemia o hiperactividad.
Algunas personas no presentan ningún tipo de molestia.
¿Cómo se diagnostican?
La sospecha se plantea cuando aparece algún síntoma comentado.
- Lo más evidente, viéndolas en la zona perianal o en la caca. Pequeños hilos blancos que se mueven.
- En caso de no verlas, podemos buscar los huevos en el microscopio. Realizamos el Test de Graham: con un trozo de celo transparente, recogemos una muestra perianal a primera hora de la mañana, tres días diferentes.
¿Claves del tratamiento?
El tratamiento es muy simple y eficaz.
- Hay varios medicamentos que eliminan los gusanos con una sola dosis.
- Ningún tratamiento, destruye los huevos; se debe repetir una segunda dosis dos semanas después
- Hay que tratar a toda la familia, aunque no presenten síntomas.
- La persona infectada debe bañarse por las mañanas para eliminar los huevos que se depositaron en el ano durante la noche.
- Cambiar con frecuencia la ropa interior y la de la cama.
- Los baños con agua templada y una crema suave, alivian la irritación y el picor.
Antiparasitarios
Los medicamentos que empleamos con más frecuencia son trilombrin o lomper.
- Mebendazol (Lomper). La dosis es la misma para adultos y niños. Es el más utilizado.
- Pirantel (Trilombrin). La dosis se calcula en función del peso.
¿Cómo se puede prevenir?
- Lavado de manos, sobre todo antes de las comidas y después de ir al baño.
- Mantener las uñas cortas y limpias. Con las uñas cortas evitamos el daño al rascarse y no se le acumularán los huevos o la suciedad.
- No morderse las uñas.
- Después del tratamiento, lavar con agua caliente la ropa de cama y de baño.
- No sacudir la ropa para que los huevos no pasen al aire y se depositen en superficies.
- No hace falta esterilizar juguetes ni demás objetos del colegio o del hogar.
- Usar pijamas cerrados evita que el niño llegue a tocar el ano y propague los huevos.
- No hay por qué cambiar la dieta ni las actividades de su hijo.