El mejor andador para bebés es el que no se usa.
Algunos padres creen que el andador es seguro para sus hijos. Los compran porque les mantiene entretenidos mientras ellos realizan otras tareas. Sin embargo, son elementos particularmente peligrosos por dos motivos:
– No benefician el desarrollo psicomotor.
– Potencial riesgo de accidentes.
No ayudan en el proceso de caminar.
El lactante antes de iniciar la marcha, empieza a reptar, girar, gatear y va buscando apoyos en su entorno para incorporarse. Así va fortaleciendo sus piernas, sus caderas y su faja abdominal y lumbar, con el fin de, cuando esté preparado, echar a andar. Se mira los pies para mantener el equilibrio e iniciar sus primeros pasos.
Explora y manipula objetos de su entorno con los que experimenta y desarrolla cualidades táctiles, olfativas y visuales.
Cuando decidimos ponerlo en un andador, todas estas experiencias se ven limitadas. Le es más difícil mantener el equilibrio y entorpece el balanceo de los brazos al caminar (indispensable para la coordinación de la marcha).
Los niños que usan andador inician la marcha autónoma más tarde (retraso que se compensa o iguala a los 15 meses). Un estudio Irlandés concluyó que los niños que usaban andador tenían más dificultades en la marcha y otras actividades motrices, probablemente porque habían desarrollado músculos que no estaban implicados en mantener el equilibrio.
Multiplican el riesgo de accidentes.
Con un andador, el bebé se mueve más, a mayor velocidad y está más alto. Estos factores predisponen a accidentes.
– Caída por las escaleras. Se cuadriplica el riesgo de caída y duplicándose el riesgo de fractura. Además adelantan el riesgo de los doce a los ocho meses.
En Canadá, la causa más frecuente de lesiones graves en la cabeza en niños menores de 2 años, son las caídas por las escaleras por culpa de los andadores. Por ello están prohibidos desde el año 2004.
– Vuelcos. Los andadores pueden volcar al cruzar superficies irregulares como alfombras o umbrales de puertas. A parte del golpe, el niño puede quedar atrapado bajo del tacataca.
– Alcanzar elementos peligrosos debido a su mayor altura. Por ejemplo: alcanzar objetos de las mesas, cables eléctricos o cazuelas de agua hirviendo.
– Quemaduras. Pueden quemarse al tocar superficies calientes como el horno, radiadores y chimeneas. También al volcar líquidos calientes como sopas, cafés o aceite. Siendo más probable que éstas afecten a la cara porque el bebé está erguido.
– Heridas con objetos punzantes o bordes de muebles.
– Intoxicaciones. Aumenta el riesgo de ingerir productos tóxicos como productos de limpieza, colonias, alcohol o medicamentos.
Si queremos potenciar el desarrollo psicomotor de nuestro bebé, la opción más segura es el suelo de una habitación adecuada y libre de peligros.
Una alternativa son los centros de actividades para bebés. Mantas interactivas o gimnasios de actividades, donde se pueden entretener durante un corto período de tiempo.
Si a pesar de todo, queremos comprar un andador, es importante seguir estos consejos.