La fiebre es muy frecuente en los primeros años de vida. Coincidiendo con la escolarización tienen muchas infecciones; “lo cogen todo”, por lo que con frecuencia tienen fiebre… para defenderse.
¿Qué es la fiebre?
Es una elevación de la temperatura corporal por encima de los límites normales. Consideramos que un niño tiene fiebre si su temperatura axilar aumenta por encima de 38°C. Si tiene entre 37 y 38ºC, estaríamos hablando de febrícula.
¿Por qué se produce?
La fiebre no es una enfermedad; es la barrera defensiva de nuestro cuerpo para luchar contra infecciones generalmente víricas, y menos veces bacterianas.
¿Cómo se si mi hijo tiene fiebre?
Los signos que nos hacen sospechar la presencia de fiebre son el enrojecimiento de las mejillas, cierto brillo en los ojos, una inactividad inusual, sensación de frío y escalofríos, taquicardia y aumento de la frecuencia respiratoria.
Ante esta clínica, lo mejor es comprobarlo con un termómetro, preferiblemente electrónico. Los de mercurio ya no se utilizan por riesgo de toxicidad y de contaminación ambiental. Las tiras de medición que se aplican en la frente y los termómetros óticos, pueden no ser fiables.
La zona a elegir en lactantes es el recto y en niños mayores, la axila.
La temperatura puede variar según la hora del día (por la mañana suele ser más baja), el ejercicio, las comidas, la agitación, la temperatura ambiente, el exceso de abrigo, el estado de hidratación… Y es algo mayor en la zona rectal.
Cuestiones importantes
La fiebre es un mecanismo de defensa contra infecciones, no una enfermedad. Lo más importante no es la fiebre sino el estado general del niño. Si está contento y juega, aunque tenga fiebre, no necesita ningún tratamiento.
Por si misma no causa daño cerebral, ni alteraciones neurológicas ni muerte.
Algunos niños pueden convulsionar por fiebre (4%), pero tratar la fiebre no evita estas convulsiones.
La intensidad de la fiebre no es sinónimo de gravedad.
Los niños mayores de 2 años, con buen estado general, pueden esperar a acudir al pediatra 48-72 horas.
El ibuprofeno y el paracetamol, tienen la misma eficacia. Es mejor no combinarlos ni alternarlos porque esta práctica aumenta el riesgo de confusiones a la hora de administrarlos y de que se produzcan más efectos secundarios.
Solo se puede alternar los antitérmicos si el malestar es intenso y persiste o recurre antes de la dosis siguiente.
El niño con fiebre debe estar bien hidratado, ofreciéndole frecuentemente líquidos y procurando que éstos tengan hidratos de carbono (zumos de frutas, batidos, papillas, etc.)
No es aconsejable el uso de ibuprofeno o paracetamol tras la vacunación para prevenir las reacciones febriles o locales.
Los antibióticos no son útiles para tratar ni la fiebre ni las infecciones por virus (que son la causa más frecuente de fiebre en los niños).
¿Cuándo consultar al pediatra? Signos de alarma
Manchas rojizas en la piel que no desaparecen al estirar la piel de alrededor (se llaman petequias).
Decaimiento, irritabilidad o llanto excesivo o difícil de calmar.
Rigidez de cuello. Se valora pidiéndole al niño que se mire el ombligo. Si ha bajado la fiebre y es incapaz de hacerlo, hay que acudir a urgencias.
Convulsión, pérdida de conocimiento o excesiva somnolencia.
Mal estado general o dificultad para respirar.
Vómitos y/o diarrea persistentes o muy abundantes que causen deshidratación.
Si no orina o la orina es escasa.
Lactantes menores de 3 meses, todos.
Menores de 2 años con fiebre de más de 24-48 horas.
Mayores de 2 años con fiebre de más de 3 días.
Temperatura mantenida superior a 40ºC.
Fiebre alta y alguna enfermedad crónica grave (cardiopatía, inmunodeficiencias…)
¿Cómo podemos bajar la fiebre?
- Quitarle ropa para que el cuerpo pierda calor; podemos dejarlo sólo con una camiseta (no se aconseja desnudar ni abrigar demasiado).
- Bañarle con agua templada y, si es posible, que permanezca unos minutos a remojo. No usar la compresas con alcohol.
- Si la fiebre es alta o el niño está incómodo, podemos darle un antitérmico.
– Los más empleados son el ibuprofeno y el paracetamol.
– Es conveniente empezar siempre con el paracetamol porque tiene menos efectos secundarios.
– La dosis se debe calcular en función del peso, no de la edad.
– Si vomita la medicación y han pasado menos de 15 minutos, podemos volvérsela a dar, si ha pasado más tiempo, no es necesario.
– Los antitérmicos pueden disminuir la temperatura entre 1 y 1,5ºC. El objetivo no es alcanzar la temperatura corporal normal sino que se encuentren mejor.
– No hace falta despertar al niño si está dormido para administrarle el antitérmico.
– Está contraindicado el uso de ácido acetilsalicílico (Aspirina®) en menores de 16 años por su asociación con una rara pero grave complicación, el síndrome de Reye.
Dosis de antitérmicos
- Ibuprofeno: 5-10 mg/kg cada 6-8 horas. Máximo 30 mg/kg/día.
- Paracetamol: 10-15 mg/kg cada 6-8 horas. Máximo 60 mg/kg/día.
- Metamizol: 10-12 mg/kg cada 6-8 horas.
Cálculo rápido y fácil de la dosis de antitérmicos
- Ibuprofeno 2% 100mg/5ml. Peso ÷ 3 = ml en cada toma.
- Ibuprofeno 4% 200mg/5ml. Peso ÷ 6 = ml en cada toma.
- Paracetamol 100mg/ml. Peso x 0.15 = ml en cada toma.